Además del mensaje directo para disipar el mito difundido entre algunas comunidades nativas, de que el sida era una enfermedad que solo afectaba a los hombres gais, este cartel trazaba una conexión clara entre el impacto universal del sida y la muerte, representando una ceremonia de cremación oficiada por algunas naciones nativas. En otras palabras, al igual que a la muerte, todos somos susceptibles al sida.