Creada a fines de los años de 1980 por Gente de Color contra el SIDA, un servicio contra el sida con sede en Seattle, la campaña “Muy bien, pero la próxima vez” buscó convencer a las mujeres de color de que negociaran con su pareja el uso del condón. La organización reconoció que necesitaba comprometer tanto a hombres como a mujeres de cualquier orientación sexual para cambiar con efectividad las conductas sexuales, para así reducir la posibilidad de contraer el VIH.